Nuestro Amor sabe a Chocolate, corazón de Bonbon que late... Jesse and Joy
Cocuy y Carolina
Cocuy (Jorge) es un niño de 9 años, inteligente, tierno, muy competitivo, alto para su edad, ojos negros y educado. El mayor de 3 hermanos. Carolina es una niña de 8 años 6 meses 2 días, blanca, con pecas en la naríz, regordeta, pelo castaño claro y ojos café claro, inteligente, fuerte, muy terca y tenáz, lo que quiere lo logra, pero noble al final. Hija única. Como 2 gotitas de Agua.
Aparte de ser compañeros de salón y de juegos, vecinos de la colonia, acuden a la misma escuela y al mismo club deportivo. Tanto así, que se tienen un cariño de hermanos, cosa que no se demuestran... además de una rivalidad.
Les contaré que tanto Cocuy como Carolina, tienen excelentes notas académicas, pulcritud en sus trabajos manuales, mochilas ad hoc con la moda, carísimas cajas de colores y los 2, saben las respuestas a las preguntas que hace la profesora del 4to grado de primaria, tanto que pelean por responder, estrellas en la lista de los mejores alumnos, todo por igual. Ni un punto más ni un punto menos.
Solo en el recreo, esa rivalidad casi fraternal que se tienen, se dispara... la hora de sacar el desayuno.
Cocuy le pide a su Madrecita que le haga los mejores sandwiches del mundo. Su mamita compra pan integral, pan de centeno, pan con miel... jamón, pollo, panela... lechuga rizada, lechuga orejona... jitomates, cebollas, zanahorias... pepino, manzana verde... mayonesa con aliño, al chipotle. Pero Cocuy siempre exige la excelencia!!
En cambio, Carolina le pide a su Mamita, que le haga los mejores Paninis. Hace ir a la panadería -que queda al otro extremo de la ciudad- por el de aceitunas, el de quesos, el de especias... alio oli, pesto... fajitas de pollo, de queso gouda, de res... lechuga sangría... germinado... aceitunitas... jitomate sin semillas... aceite de oliva... cebolla morada... pimientos rojos asados.. acelgas... arandanos, queso philadelphia, mermelada de Guayaba con Carissa... Una damita bastante exigente, decía su Mamá.
Los dos comían frente a frente, nunca se compartían, los 2 miraban el sandwich del otro y decían ¡el de él/ella es el mejor que el mío!
Al día siguiente otra batalla.
Un día, los 2 caminando a sus respectivos hogares, una cuadra de diferencia. Cocuy estaba encargado de acompañar a Carolina a su casa, que era la primera en llegar. Vieron que abrieron una nueva tienda y era una CHOCOLATERIA
Los 2 corrieron al aparador y a observar lo que había ahí, sus ojos -los de él Negros, los de ella, Cafés Claros -con lentes- miraban asombrados y en sus boquitas saliva que la pasaban a tragos.
¡Debemos de volver Mañana mismo! Dijeron al mismo tiempo. Los 2 idearon como pedirles dinero a sus respectivas Mamás para poder comprar los mejores chocolates.
Cocuy le dijo, que quería un nuevo cuento, que un amiguito, le iba a vender, pero que era solo en la escuela. Su Madrecita no le creyó nada, pero viendo la carita y la vocecita de Cocuy, le dijo, -"Esta bién, te daré el dinero, pero quiero ver el libro"-. Cocuy sintió remordimientos por decir tal mentira, pero se saboreaba ya el chocolate de mañana.
Carolina, la gran y única Carolina, ella sin más ni más le dijo a su Mamá, que Cocuy quería chocolates de la nueva dulcería y que como ella le quería mucho como amigo, le quería regalar uno, que si le pudiera dar dinero para regalarle uno a su amiguito. Su Mamacita, bien sabía que significaba eso "Quiero un chocolate para mí y presumirselo a Cocuy", le dijo que "Sí, pero que Cocuy viniera a la casa en la tarde para merendar juntos". Carolina hizo una mueca, Cocuy sabría los secretos de sus paninis y se los copiaría. ¡Diablos! dijo Carolina entre dientes.
Los 2, deseaban que fueran las 2 de la tarde para que dieran el timbre de salida. Las horas se les hicieron eternas.
Dieron la Salida y fueron los primeros en tomar su mochila y correr hacia la calle. Los 2 tomados de la mano.
Entraron agotados y casi sin aire.
Cocuy y Carolina entraron a la Chocolateria "Amelie" estabán fascinados, el olor al cacao, las formas deliciosas de los pasteles, de los bombones... todo de chocolate. Pero les llamó la atención el chocolate más raro y el más caro, era una especie de barra de chocolate que tenía un letrero CHOCOLATE EDICION ESPECIAL. RELLENO PICOSO. PRECAUCION. COMASE EN PEQUEÑOS BOCADOS. ESTA ADVERTIDO.
Estaba en la cristalera principal, sobre un papel dorado y letras rojas.
Se veía delicioso. Irresistible.
Si los 2 juntaban su dinero, les ajustaría para esa barra. Los 2 contaban y contaban el dinero, los 2 niños 1 chocolate, o nada de chocolate para nadie.
Cocuy fué el primero en preguntarle a Carolina si ella deseaba compartir el chocolate. Carolina movió la cabeza diciendo No No No. Pero recapacitó y le dijo ¡Está bien, pero solo por esta vez!
Cocuy fué el encargado de pagar el chocolate.
Los 2, se sentaron en el Jardín de la casa de Carolina. Para que viera Su mamacita que era cierto que eran amigos y que no había mentido.
Partieron un pedazito, al mismo tiempo, uno de cada extremo. Cerraron los ojos y dieron un mordisco.
Que ricura y que delicia. Chocolate con Picante. Su paladar explotaba en sabores y texturas, bien había valido la pena la aventura.
Cocuy por primera vez, vió en Carolina a una amiga, no a una rival y viceversa. Por fin, El le confió la barra de chocolate a Carolina dejó de tenerle tanto recelo a Cocuy. Merendaron juntos Té de Manzana-Canela y sandwichitos especiales salados y dulces. Carolina, le regaló a Cocuy un cuento para colorear, para que no le regañaran en casa. La Madrecita del niño, se dió cuenta, que esa visita a la casa de la niña, había cambiado la actitud de Cocuy.
Los 2 compartían todavía el pedazo de chocolate que les quedaba justo la mitad a cada uno. Les duró el gusto, 3 días, no quería que se terminara pero, llegó el punto que ya no quedó nada.
Ya han pasado 20 años de eso y aún siguen siendo grandes Amigos, uno vive en el extranjero y el otro en México, han hecho sus vidas,siguen en contacto telefónico, por email y por Skype y una vez al año, les toca verse y charlar, las penas y alegrías van y vienen pero el recuerdo del Chocolate, no lo han olvidado como anécdota de VIDA
Maryanne
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