los lunes quedaban formalmente en verse
era cuando ella sonreia
se arreglaba el pelo y las uñas
se perfumaba con la locion especialmente comprada para el
-con el que la habia conocido-
y esperaba nerviosamente la hora de verlo
Sus zapatitos se movian, mientras sus manos hacian gestos
se mordia los labios y miraba su reloj
cada segundo valia una eternidad
Y llegaba la hora de verse
Ella se acomodaba el uniforme
y se acercaba al salon de musica
y recibir la clase de Coro
donde estaba él
Verlo de manera timida
a veces, él le devolvía la mirada
y ya con eso, bastaba para esperar cada lunes
La esperanza de volverlo a ver
y sentir latir su corazón
Maryanne
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